lunes, 5 de junio de 2023

Lárus Telamónida y sus lecciones - Lección XII


Höðr y la cristiana siguen encadenados uno al otro. Pero yo no tengo las llaves del cierre… las perdí cuando batallaba con los dos enganchados a mi caballo.


La hembra ha cubierto mi herida pese al asco que me produce que me toque con sus sucias manos. La he abofeteado un par de veces mientras me cambia las vendas. Höðr me mira asqueado. Siente un vínculo demasiado estrecho conmigo y no puede romperlo. Me teme seguramente a la par que me venera. 


Estamos llegando al Bosque Sagrado pero me han apoyado para descansar contra un viejo castaño. El último refugio para los creyentes en Surt y su fuego del Ragnarok. El bosque de Hodmímir se mostraba ante mí dispuesto a acogerme para el gran final. Era el Destino de mi Camino. 


Una lágrima salada brota de mi ojo sano por primera vez en décadas. Se resbala por las arrugas  de mi cara enjuta hasta caer en las manos de la niña maltratada que me atiende. Sorpresivamente, siento que otra lagrima con el color del atardecer se desliza por la cuenca del ojo que me falta y acaba en las pequeñas manos.


— Llegan los milagros con solo ver el bosque de los dioses… — señalo la arboleda de fresnos —. Höðr… somos el futuro. Los Elegidos… Cuando lleguemos comenzarán los tres largos inviernos y después morirán los viejos dioses….pero hay que avisar a Surt de que todo está listo para que vaya desenvainando su espada.


Me mira. Sonríe. Veo que disfruta con la idea. Me comprende. Me entiende. Es digno sucesor. 


— ¿Es la última lección entonces? ¿Este es el final del mundo? ¿El final del Camino? 


— Si — cojo mi puñal de sílex y se lo entrego como hacía años ante cuando descubrí sus amoríos —. Es fácil. A veces hay que sacrificar lo más ridículo para completar una obra mayor. ¿Lo entiendes? 


Miro a la hembra y después a mi discípulo. Rio con satisfacción al ver su determinación en los ojos. Así que usando las cadenas y las fuerzas que me quedan la agarró a ella contra mí. Su cuerpo se revuelve pero la empiezo a estrangular con mi antebrazo. Sabe que vamos a hacer.


Höðr comprende los pasos y recita una letanía. Está encadenado a ella y se ve arrastrado al suelo por mi brusca acción. La hembra patalea y grita. Mi discípulo sonríe con cada palabra que susurra. Ya es parte de mi. Sabe que debe hacer. 


— Lárus… —me dice interrumpiendo el ritual —. Creo que ya se mi nombre. He sido iluminado. 


— Sí. Eres Skoll devorando al Sol. Tu marcas el ocaso en este momento. ¡Hazlo! 


— No. Soy luz, nunca seré oscuridad como tú. Soy Lífþrasir y ella es Lif. 


Noto como el puñal me corta la garganta. Apenas siento la decepción… apenas logro entender qué ha pasado… apenas veo el Bosque Sagrado… apenas… ape… 

domingo, 4 de junio de 2023

Lárus Telamónida y sus lecciones - Lección XI


Cadáveres. Fuego.


Contemplo los cuerpos apelotonados de mis discípulos. Veo con satisfacción como son arrojados por el ganado de la Monja Sor Catalina al fuego. Surt estará complacido de que sus fieles ardan por su gloria. 


Una herida me cruza la cadera de parte a parte. Un caballero, un ballestero,... En el frenesí de la batalla no distinguía a quien me atacaba. Todo era euforia por el Ragnarok que hemos desatado Bjarki y yo. 


Todos el ganado se revuelve. Enarbolan las banderas de la cobardía… si no fuese por la herida diría que siento lo más parecido al extasis. Surt guió nuestros caminos, hemos sido el Camino al Ragnarok. Ahora solo queda reunirme con los elegidos en el Bosque Sagrado. 


Busco a Höðr mientras me arrastró entre una montaña de caballos muertos. Sus entrañas esparcidas por la hierba roja, por los rastrojos de esta tierra levantina. Le llamo, pero mi voz es apenas un susurro. Nadie me responde… pero sé que el chico está cerca. Iba encadenado a mi caballo con su cristiana.


Llamo un poco más fuerte. Gimoteo de dolor. Tengo frío. 


Las risas de ganado se detienen. Me han escuchado. Aguardan. Regresan a su tarea. Todos excepto uno que se acerca a explorar. 


Busco mi daga rúnica, la última arma que me queda junto a mi fe en Surt. No es digna de usarse en un combate, pero peor será morir fuera de tierra Sagrada. Quién sabe si acaso mi cuerpo no sea entregado al fuego por estas bestias. 


Se acerca y me mira. Grita mi nombre.


— ¡Bastardos! Sabéis bien quien soy. ¡Surt me protege!


Son una multitud. Vienen todos por mi. Dos caballos relinchan tras de mí.


— ¡Sube! — grita Höðr —. ¡Sube o todo estará perdido! ¡Sois el Ragnarok! 


Por primera vez en la vida. Le obedezco. 

sábado, 3 de junio de 2023

Lárus Telamónida y sus lecciones - Lección X

Abandono Cataluña después de construir un nuevo templo en honor a Surt. 


Halcón Negro estaba dispuesto a seguir el Camino en el Bosque Sagrado y por eso había querido un templo consagrado al poderoso dios. Además de haber contratado al mejor constructor de los dos sacerdotes bárbaros. 


Se trataba de edificio circular con una pira ardiente en su interior y una cúpula en forma de chimenea para que el humo salga a exterior. Asi, en el fuego se lanzan las ofrendas al dios ya sea vivas o muertas.


Por supuesto para los rituales iniciales no hay nada mejor que cabezas de ganado vivas. Nueve  son arrojadas al fuego para satisfacer a los dioses y espíritus que aún rigen este mundo. A la vez se ahorca a otras nueve en unas vigas instaladas en los laterales del templo haciéndoles unos cortes en los muslos para que viertan su espiritu.


La sangre se recoge en unos cubos a los pies de los ahorcados. La de los seis primeros se mezcla con abundante hidromiel y se reparte entre los presentes. Y son mis más aventajados acólitos, mientras cantan y beben, quienes mojan ramas de pino en los otros tres cubos y pintan las paredes con runas sagradas. Todo ello hasta que se acaba el líquido sagrado. 


El ritual finaliza cuando mato a nueve corderos y los asamos para comer. Después, siempre me retiro para escuchar la voz de mi amo. Son esas noches frenéticas cuando más cerca de sus designios estoy. 


Y ahora me acerco más a mi objetivo final. De momento sólo queda viajar al Bosque Sagrado para explicar la Doctrina a todos los cristianos que allí se juntarán. Todos han escuchado a los Profetas y todos serán tarde o temprano brazos ejecutores del Ragnarok. Rezo para  que Hela y las Nornas no decidan truncar el camino al Elegido de Surt.

viernes, 2 de junio de 2023

Lárus Telamónida y sus lecciones - Creación del Pozo


Allí tras años de sacrificio de esclavos y una hecatombe digna de Surt, los sacerdotes del Reino de Portugal se reunían para dar la bienvenida al Ragnarok profetizado. 


Bjarki Cagraupa iniciaba los rituales como había aprendido del perverso Lárus Telamónida El Viejo. El esplendor de Portugal había quedado patente tras las grandes maravillas construidas, símbolos de que eran el pueblo elegido. Ellos eran los futuros herederos de Midgard. Del Nuevo Midgard que se abriría ante ellos cuando todo los viejo quedase atrás, cuando todo el mundo pereciese bajo el fuego sagrado de Surt. 


Bjarki se acercó al borde del pozo del Caos y comenzó a decir:


"Habrá un invierno, el llamado

Gran Invierno; soplarán entonces desde todos los confines

tormentas de nieve, hay frío muy grande y cortantes vientos, y

deja de alumbrar el sol. Su duración será de tres inviernos

seguidos sin verano por medio. Pero antes habrá otros tres

inviernos de grandes luchas por todo el mundo: se matan

entonces los hermanos unos a otros llevados de la codicia, y

nadie se detiene ante su padre o su hijo, al cual asesina y se

alza contra su propia sangre."


Miró a Lárus Telamónida y éste subiendo a su lado comenzó a recitar la última parte que habían acordado:


" Del sur viene Surt con el mal de las ramas,

resplandece la espada del dios de los muertos;

rechocan los riscos, rebullen las brujas,

al Hel van todos, el cielo se raja." 


Se hizo el silencio y se encogieron los corazones de los presentes. El verdadero Ragnarok acababa de iniciar.