sábado, 11 de febrero de 2023

Lárus Telamónida y sus Lecciones - Lección II

Granada me da la carta al pie de la hoguera del campamento. Está escrita con la tinta más hermosa: sangre. Sangre ocre por el paso de los días. Sangre de mi ganado. De los débiles. De aquellos que no verán la espada de Surt arrasar los Mundos. 

— Se han detectado algunas tropas de Telamónida explorando tu feudo 86-344.

El mensaje es confuso. Desde hace días me llegan noticias de los feudos y escaramuzas que van perdiendo mis fieles. No logro entender. Mis fieles me informan de su propia actividad.

Disimulo.

Granada me mira confuso. 

Finjo. 

Destruyo la carta en la hoguera. Pregunto al chico. 

— ¿Era importante?

— ¿Vamos perdiendo la guerra? No dejan de llegar cartas. 

Suspiro. No aprende. No sabe qué a veces es mejor el silencio. La rabia que me provoca su estulticia es difícil de soportar. Le golpeó con mi bastón. Una, dos, veinte veces. Llora, sangra, disfruto con su sufrimiento. 

Afirmo con rotundidad mientras rio. 

— Es imposible perderla cuando las nornas nos han marcado ese destino. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario