miércoles, 21 de diciembre de 2022

Abraham Telamónida-Von AS, el buen judío inglés - 7. La Musa

La primera vez que vi a Lady Clementina fue en una Taberna. Huía de un matrimonio pactado y recuerdo que me dio mucha ternura. Tan frágil, tan presa como un pajarillo en una jaula.


Entre tragos pagados por bárbaros y hermanos judíos, decidí empeñar mi honor en venderle algunos productos. Como noble  bizantina bien podía permitirse armas o recursos en un tiempo tan convulso como el que vivía el Imperio. Mientras pasaba los días en sí compañía aguardaba noticias de Oksana y de mi fiel Dimitri, al que había enviado a Bizancio por informaciones de mi Familia. 


Clementina me hacía más y más fáciles los días. La veía enfrascada en sus pinturas, en sus paseos,... Pero en cuanto supe que Oksana me aguardaba, me fui de la provincia de Asia Menor con el corazón compungido.  Vi a Clementina por última vez sin entender qué era lo que me ocurría. Había en todos nuestros gestos, palabras, acciones,... Algo que iba más allá de la pura amistad que nos había envuelto. 


No la veía como una noble más y estaba claro, pues la siguiente vez ya sería la Basilea de los Bizantinos y digna sucesora Wotan Telamónida. 


martes, 20 de diciembre de 2022

Abraham Telamónida-Von AS, el buen judío inglés - 6. Mis Amores

Oksana Dragunova. La primera vez que oí su nombre me lo susurró el viento desde los labios de un juglar. La Reina de Hielo de Minsk que firmaba tratados con una mano a la vez que mataba enemigos de sus hermanos con la otra. Fría como la estepas del Este y, ardiente como los desiertos del sur. 

Pagué a más y más trovadores para escuchar en la fría Gran Bretaña, más y más leyendas que rozaban el sacrilegio. Pagué por saber e idealizar a una mujer que mi corazón deseaba ver. Me sentía embaucado por ella, sin haber llegado a cruzar una sola letra.

Decidí componerle un poema. Uno de esos acrósticos que nadie entendía. Lo lancé a los cielos y mis letras llegaron a Minsk para ser guardadas como una joya en su pecho. Este humilde judío había hecho blanco en la más grande de los Varegos.

Cuando en África se me dijo que a Bizancio debían de ir, supe que allí me esperaba la mujer de mis sueños. En mi interior había una voz que lo gritaba: yo era Moisés ascendiendo al Sinaí para alcanzar la Palabra de Yavhé. La digna sucesora de Wotan Telamónida me esperaba con la promesa de un amor cálido, frío y puro. 

lunes, 19 de diciembre de 2022

Abraham Telamónida-Von AS, el buen judío inglés - 5. Mi Búsqueda

Dejé Inglaterra hace varios años. Primero con la autorización del Rey Cardenal a quien juré servir me hice cargo de la "Isla de Mann que no es Mann" como el bien me enseñó. De no ser judío me habría proclamado rey de la Hebridas. Islas en las que aún quedaban restos del paso de la Hermandad de San Atenodoro II a los que mediante las armas tuve que hacer entender la verdadera fuerza de la Casa de Telamón. 
Al finalizar aquellos sucios combates contra campesinos me fui a Asturias. Allí busqué el hogar de San Atenodoro II para dar con documentos de la familia. Tras esto me llevaron mis pasos a Aragón, lugar donde Sancho Garcés fue hermano mayor de la Hermandad. Si bien tras tantos años las dos tareas fueron vanas, Dimitri no me dejó flaquear. Me hizo viajar hasta las áridas tierras Idrisis, última morada de aquel rufián.

En la universidad Morlox descubrí otra gran verdad. Sancho Garcés había muerto y se tenía conocimiento de un hijo enviado al SIRG en secreto. Un hijo que al parecer se había enviado con la Hermandad a ser cuidado por la familia Shylock. Más Yavhé, con aquella rabia que me provocaba saber que habia sido su Justicia la que le mató y no yo mismo, provocó que me convirtiese en aniquilador. Que ante la furia de la guerra mi potencial de duplicase.

Inglaterra, Asturias, Aragón e Idrisi… Un rompecabezas de la Casa estaba hecho. ¿A dónde debía ir ahora? Zahira Arenas, que sabía bien quién era Sancho Garcés y quienes los de mis dos linajes me lo susurró: Bizancio. 

sábado, 17 de diciembre de 2022

Abraham Telamónida-Von AS, el buen judío inglés - 4. Mi Vida

Soy poeta frustrado y judío convencido. No veo más gloria que la de Yavhé y el puro oro con el que debo darle grandeza. No maldigo la usura ni el comercio, como no maldeciría a nadie que no lo merezca. Nací con buenas habilidades para comerciar, trabar amistades y robar. No soy bueno, no soy malo. Solo soy alguien que a veces va de frente y otras de lado. Nunca me verás en tu espalda.

Mis bienes más preciados son 3 oros: uno es York, herencia de mi padrastro Kouran; el otro es Edimburgo, cuya alcaldía gané por ser el más rápido; y el otro es Lisboa, la joya del Tajo, que logré ocupar gracias al noble cristiano Panochos. No he tenido más pues no he conspirado contras mis hermanos, no tengo menos pues a nadie le han interesado lo suficiente. La verdad es que mi suerte pocos la han tenido.

A mi lado siempre ha estado mi fiel eslavo Dimitri. Un manitas de talento innato para hacer que los morosos paguen. Unas veces con una sonrisa bonachona, otras haciendo ver la fragilidad del cuerpo humano. También tiene muchos primos que lo mismo te levantan un castillo que te cocinan un "cordón bleu" a la Guillermo de Barkerville. Dimitri y algunis de sus primos son uno de los mejores encuentros que tuve a lo largo de estos años mientras lanzaban redes con peces muy grandes al fondo del mar.

viernes, 16 de diciembre de 2022

Abraham Telamónida-Von AS, el buen judío inglés - 3. La Casa

Conoció mi abuelo Jürguen una judía de buena familia y nació mi padre: Salomón Telamónida-Von AS. Conoció éste a mi madre y nací yo. Más en los años de invasiones vikingas fallecieron ambos: él por la espada y ella por las epidemias. Así acabé siendo adoptado por el recio Lord Canciller Kouran. Mientras aprendia con los judíos de la ciudad todo lo relativo al bendito pueblo israelí, mi padre adoptivo me enseñaba todo lo relativo a las Casas Familiares. 

En estos años se fraguaba a la vez otra parte de la historia de la Casa de Telamón. Sucedía que a la desaparición de Wotan, oso de los Búlgaros, hubo diversos bastardos que reclamaron para sí ser Paladines de la Casa. Más el cronista de las historias de Wotan, su primo Ludovico había ostentado el título para si. Pasando posteriormente a un Religioso de nombre Francisco y miembro menor de la casa, este a su vez decidió que sólo los que daban su vida al Dios cristianó eran signos de ser los cabeza de familia pues su celibato les impediría tener prole y siempre podrían ser justos al elegir sucesor. 

Cornelio sucedió a Francisco y después llegó Atenodoro II. Asi se inició la desviación de la Casa que había marcado el primer Telamón. Pues en sus desvaríos mentales fruto de la epilepsia que padecía, Atenodoro II se creyó tocado por Dios y erigiéndose sucesor de los Apóstoles cristianos actuó dañando a la Casa y a la Iglesia a la que decía servir. 

Cuando se sintió abandonado creó la Hermandad en la Isla de Aland. Allí reunió a exiliados asturleoneses y repudiados de otros Reinos buscando crear otra Iglesia. Más no tuvo la herejía mucho camino pues en sus ensoñaciones decidió ir en busca de martirio. Lo halló y tristemente le proclamaron Santo, dando alas a esa Hermandad de bandoleros que solo ensucia el nombre de la Casa de Telamón.

jueves, 15 de diciembre de 2022

Abraham Telamónida-Von AS, el buen judío inglés - 2. La Estirpe

Fue Wotan Telamónida portador del título de guardaespaldas de la princesa Sofía Von AS. Era un cargo honorífico que adquirió con sumo gusto el emperador por la gran amistad que unía a las dos Casas. 


Wotan, incansable viajero, llegó a las puertas de los reyes Reyes Markus y Kayla. Grandes festínes hubo y entre los presentes estaba la bella y frágil Sofía. Nadie llegó a sospechar durante aquellas celebraciones que las cuitas de Wotan para con la doncella, no eran más que parte de un noviazgo. Un noviazgo que duró lo que permaneció el Emperador entre los de la Casa de Esmirna. 


El embarazo cayó como una jarra de agua fría para los Reyes. Más las guerras contra guerreros Sin Nombre habían comenzado y poco se podía hacer. El mundo vivía en un Caos que parecía no tener fin. Así que se ocultó todo lo que ocurría pese a la gran esperanza que significaba un nieto Von As para la dinastía. Mi abuelo, Jürguen Telamónida-Von AS.


Wotan antes de desaparecer, dice el cronista, que debido a la locura, supo del vástago y le hizo miembro de la Casa. Más ya los Von AS habían decidido el camino de Sofía y su hijo. Mi abuelo fue enviado a vivir junto al afamado judío Capablanca, y allí viendo la luz de Yavhé entró a la grandeza del pueblo hebreo como en su día Atenodoro.


Sobre Sofía poco más se sabe. Veló por su hijo natural hasta el final de sus días haciendo que los hijos legítimos que tuvo más tarde fuesen encargados de velar por aquella rama de dos Casas que se habían amado hasta la unión sanguínea.


Mi afamado padrastro el Lord Canciller Kouran, me mostró en la ciudad de York innumerables veces la tumba de mi bisabuela. Un sarcófago de fino mármol sobre el que reposa una escultura de una niña apenas abrazada por un oso. Decía el estricto cristiano que era la más bella obra que el dinero de los usureros judíos podía haber pagado. La tumba de su propia abuela.

miércoles, 14 de diciembre de 2022

Abraham Telamónida-Von AS, el buen judío inglés - 1.1 Crónicas Cítricas Capítulo 8,escrito por Lady Clementina


AUDIO: https://voca.ro/4fFlYMDLztA


Clementina entró en la taberna y nadie advirtió la presencia de la recién llegada y la joven tuvo oportunidad de estudiar todo cuanto ocurría en la sala.


La taberna era inmensa y la sala principal, cavernosa, construida en madera y piedra.  Los alimentos se cocían en el mismo cuarto donde se levantaban dos grandes fogones. En uno, burbujeaban los calderos y se asaba un gigantesco trozo de carne. Varios sirvientes se movían presurosos, sirviendo la cena a un numeroso grupo de comensales.

En el centro de la sala, había tres mesas fraileras. Una de éstas se encontraba elevada sobre una tarima, situada en paralelo con las otras dos, algo más largas, repletas ahora de señores, soldados, hombres de armas, pajes, caballeros, sus escuderos y numerosas mujeres. El fogón más pequeño se hallaba rodeado de bancos. Hacia la izquierda, en el segundo piso, había una arcada que permitía al espectador observar desde allí todo lo que acontecía en el salón.


De pronto alguien le tocó el hombro, era una dama de exquisitos modales que le dijo:

—Mi señora, veo que está usted un poco perdida, ¿le gustaría sentarse en nuestra mesa? —dijo la Condesa Alvhia de Hausgh.


Clementina aceptó la invitación y fue dirigida hacia la mesa del centro donde se encontraban multitud de personas de diferentes reinos, los cuales la adoptaron como si la conocieran desde siempre.

Al final de la noche se había enterado de que el Imperio Bizantino había tenido muchas revueltas había perdido a su emperador por segunda vez y que ahora se encontraba en una posición un tanto delicada.


Conoció a personas muy diversas y muy interesantes que nunca pensó que conocería como judío Hinrik, al caudillo bárbaro Independient, al judío inglés Abraham y a varias personas del reino aragoneses y asturiano…

martes, 13 de diciembre de 2022

Abraham Telamónida-Von AS, el buen judío inglés - 1. Introducción al personaje de Abraham.

El personaje ya había sido presentado en un capítulo de Sancho Garcés, de aquellos que trataban sobre la Hermandad.


Debido a que la partida se desarrolló en gran parte en verano no podía estar pendiente de atenderla de la forma que es debida. Así que este buen judío solía hacer poemas rápidos de dudosa calidad y todos ellos con acrósticos difíciles de entender (el que escribe no es bueno con la poesía). 


Así pues no conservo ninguna de aquellas pésimas obras de arte. Si lo hago de los textos que se redactaron casi cuando concluía la partida.


De todas maneras, en Guaranpis muchas cosas del rol no son escritas de forma global o artística. Muchos se tratan en foros paralelos y en el Discord.


Una de las referencias importantes, aunque casi de pasada, de Abraham la hace otro personaje. Y, no es importante inicialmente, lo es al pasar el tiempo. Pues marcará más o menos el rumbo del personaje… pero eso va en un capítulo exclusivo.

lunes, 12 de diciembre de 2022

El provinciano de Aragón, Sancho Garcés - 24. "Epílogo o Carta Privada al Cardenal Shylock"

Buenas Excelentísimo y Reverendísimo Señor Doctor Don Shylock, 

Pocas cartas empiezo mencionando el nombre y tratamiento formal de a quién me dirijo. Es la mayor muestra de respeto y deferencia que podéis hallar en alguien que solo se ha querido así mismo y dos seres humanos más, por encima de todas las cosas. 

No soy un modelo de rectitud. No soy un modelo de referencia. Ni siquiera sé si perviviré en el recuerdo de alguien una vez la muerte me lleve con ella. Aún así, la sangre de mi padre y madre pervivirá en la del niño que engendré de forma pecaminosa. Puede que esa sea la obra de más valor en toda mi vida pues fruto de un amor prohibido, nació algo hermoso. Mi mayor pecado será no poder amarlo y criarlo como hacen los verdaderos padres. Aunque estoy seguro, que eso es lo mejor. 

San Atenodoro II os consideraba el más justo y verdadero de los miembros de la Santa Iglesia. Vuestros actos en todos estos años, en especial en el último Cónclave os convirtieron en un modelo para muchos. No para mí, claro está, pero reconozco el honor y el compromiso en los hombres que los tienen. Vos, sois de los pocos que quedan en este mundo y, seguramente, de los que quedarán. 

Hacia vuestras tierras se dirigen la madre y el niño. Pues es mi expreso deseo y, debido a nuestra correspondencia previa, que estos permanezcan bajo vuestra tutela. Ambos, debido a unos acuerdos con la Hermandad de San Atenodoro II serán también cuidados por esta. Más los acontecimientos acaecidos en el Reino de León y Asturias me hacen pensar que se han disuelto o serán perseguidos por haber sido yo, Hermano Mayor. No sé si podrán sobrevivir y, si lo hacen, desconozco su capacidad de protección para con mi vástago.

Mi expreso deseo es que el joven lleve el apellido Sánchez y si fuese necesario el mio. Pero que desconozca por completo quien fui o que hice. Que juzgue mis hechos como los de un desconocido más. Me retorcería en la tumba si se creyese heredero de títulos nobiliarios o tomase venganzas sin sentido que le hiciesen traicionar todo lo que aprendíese de vos, en nombre de mis actos o pecados. 

Educadle para ser sensato, honorable y entregado como vos. La madre ya sabe esos deseos y juró ante la Cruz de Nuestro Señor y un broche con forma de águila roja, que usamos los devotos de San Atenodoro II, que lo cumpliría. Os pido el mismo juramento. La forma de educar al chiquillo dependerá de vos y su madre. 

Nuestro Señor, me llama a su lado. No para profesar los tres votos como podéis imaginar. Vestir una sotana no es lo mío. Págueme una misa y recé por esta alma descarriada al menos en una ocasión.

Salud Excelentísimo y Reverendísimo Señor Doctor Don Shylock, quién debió ser Santo Padre y quizás algún día lo sea. Lo veré desde las alturas o desde la entrañas de la tierra. Mis últimas letras son para vos.


domingo, 11 de diciembre de 2022

El provinciano de Aragón, Sancho Garcés - 23. "De cómo el final llega siempre de una manera u otra"

El Capitán llegaba cojeando con un buen número de mensajes. Sancho con su mirada taciturna y vacía le ojeó con molestia. No esperaba nada bueno de aquél montón de legajos. Sobre todo por los últimos mensajes que había estado enviando a los nuevos amos del Reino Astur-Leonés.

— ¿Sientes la pierna? — señaló la pata de palo que llevaba el viejo Capitán —. Fue buena aquella escapada de Harald... Lo siento mucho.

— Mejor eso que morir de gangrena — le tiró los mensajes sobre la mesa —. No tiene ni puto sentido. La mayor parte habla del final o algo así... La Segunda Venida o cualquier mierda de esas...Apocalipsis, Ragnarok,... 

— Tengo un hijo — soltó Sancho al hombre. Sabía que su más fiel soldado se molestaba cada vez que alguien le hablaba del suceso con la Novicia cuya castidad protegía —. Basilio y la Hermandad lo cuidarán pero tengo que enviar una carta a alguien con una petición antes de partir. 

— Todos hablan del fin del mundo y tú te preocupas de otras cosas. No lo entiendo...

— Mi buen Capitán...

Sancho se puso en pie fatigado y el veterano soldado comprobó lo flaco que estaba. No era el desierto, la falta de vicios o la pérdida de sus dominios. Lo que mataba al Vizconde se lo mostró abriendo la camisa blanca de seda y enseñando el pecho. Una tumor del tamaño de un puño de hombre ocupaba su pecho. 

— La historia se acaba para todos. Unos por unos motivos... Otros... Por otros...si los vikingos de Harald me hubiesen capturado tendrías pierna y yo un final épico — se tocó el bulto y sonrió con tristeza —. Quise poner mis asuntos con Dios en regla antes de morir. No sirvió de nada un arrepentimiento sincero... 

El Capitán vio flaquear las piernas de Sancho y, con su renqueante paso, le sujetó. Cualquiera habría creído que un marido celoso o una venérea se llevasen a Sancho, pero los caminos del señor eran inescrutables. 

— En el corazón... —apuntó a su pecho —. Yo que a veces creí carecer de él... Llévame con BlackCrow, te lo suplico... No sé cuánto me queda... Pero llévame con él. Vivo o muerto. Escribamos la carta y hazme ese último servicio.

— Será un honor. Desde que me enviaron a por ti en Lübeck, lo ha sido. 

Sancho recordó aquella historia de hacía años. Cuán rápido pasaba el tiempo. 

— Una historia se acaba pero muchas otras se escribirán. Recemos para que nunca tengan un punto y final…

sábado, 10 de diciembre de 2022

El provinciano de Aragón, Sancho Garcés - 22. "De las cosas que acontecían al Rey Bandido"

Odiaba aquél aire del desierto más de lo que podía odiar a un ser humano. La tierra de los moros era inhóspita, un trozo del mundo seco e infertil. Al menos así eran las que le había concedido el buen Abu Fihr para pasar sus últimos días.

El concepto de honor y virtud entre aquellas gente del desierto, poco ayudaba a satisfacer las necesidades más mundanas. Si había algo peor que un esposo celoso, era que en algunos casos más de una mujer compartíesen el mismo. Tampoco era que el cortejo pudiese realizarse satisfactoriamente, parecía que las mujeres de sus feudos tenían por costumbre envolverse en ropas todo el cuerpo. ¡Hasta la cara! Y puede que para los moros aquello fuese hasta atractivo, pero no para Sancho. ¿Qué pasaba si cuando conocías a una mujer era tan fea como el antiguo emperador Igor? ¿Debías casarte y yacer con ella nada más verle el rostro?

Por suerte, algunas mujeres no eran tan estrictas. En los dominios de la Provincia de Aragón las sarracenas tan solo usaban un velo. Poco las diferenciaba de una cristiana con sus pañuelos, tal vez era cuestión de su aspecto racial. Y, daba el caso, de que en las zonas más prósperas las mujeres tenían costumbres y moral más relajadas. Los maridos no. Sancho desistió. Tocaba ser casto. 

Sancho solo podía beber... Pero resultaba que las gentes de la zona no bebían fermentos. El joven estaba hasta los mismos de beber té con sabores extraños. ¿Dónde estaba el vino? Hizo traerlo por medio de un contrabandista y, curiosamente, todos los barriles fueron robados. En el trayecto que iba del mar hasta el desierto donde vivía el Astur-aragonés se habían evaporado. Nadie bebía vino pero bien que recurrían al robo del mismo. Tras cinco caros viajes con escolta para el contrabandista, Sancho desistió. El vino nunca llegaba. Tocaba beber Té. 

Por último, el mazazo final era que la Usurpadora había llegado a tomar el trono del Reino de León y Asturias aupada por el infame Cardenal Excomulgado y los Duques Idrisis traidores... Que final más triste para la pobre gentes del Reino. Subyugado el pueblo a la tiranía de aquellos que carecían de palabra, de compromiso, no sólo a sus Señores si no hasta al mismo Dios. 

Así pues, tocaba colgarse de un pino. Pero en el desierto no los había... 

viernes, 9 de diciembre de 2022

El provinciano de Aragón, Sancho Garcés - 21. "Carta Pública en respuesta al cardenal Galahad tras sus insultos"

Buenas a Todos,

Mientras veo las cenizas de la Provincia de Aragón, pienso en cuanta grandeza hay en luchar hasta el final en esta vida. Saber combatir a riesgo de perderlo todo tiene sus recompensas.

Una es la satisfacción del deber cumplido con aquellos a quienes sirves, amas o con quiénes , sencillamente, has puesto tu palabra en juego. No supe hasta esta Guerra que era eso. Debo reconocer mi falta de compromiso a lo largo de esta vida. Me alegra saber que la grandeza de este Rey de Asturias y León, es darlo todo hasta las últimas consecuencias. Tómese mi ejemplo y el de muchos otros antes, nunca se abandona a quienes han puesto su confianza en ti.

Decía un viejo amigo que darle poder a un hombre es la mejor forma de conocerlo. He podido comprobarlo. Me he cruzado con Reyes y Generales indeseables; he compartido conversaciones con Duques humildes, Califas risueños, Emperatrices ilustres, Condes cobardes, Obispos intrigantes, Sultanes harapientos,... Entiéndase cómo ejemplos de un mundo de Guerra y Paz.

Pero hay un personaje, uno en especial... solo uno, por el que siento un rencor y odio de tal envergadura que solo podría saciarme viéndole con la lengua cortada, las manos destrozadas y los ojos colgando del cuello. Y, por supuesto, hablo de Galahad.

Tenga presente en sus oraciones que por falta de tiempo puede que no sea castigado. Tenga presente que solo Dios puede salvarle destruyendo este mundo, pues como legítimo Rey de Asturias y León me importa poco donde se cobije o quien os defienda. Si puedo os haré trizas. Y, tenga presente, que no es por esta última carta que habéis enviado. Desde el Cónclave no puedo ni veros. Pedantes, presuntosos, mal perdedores y rastreros como vos, hay pocos. Sois el veneno de todo buen diálogo. 

Sin más, me despido.

Salud a Todos.

Sancho I Garcés
Rey de Asturias y León, de iure. 

miércoles, 7 de diciembre de 2022

El provinciano de Aragón, Sancho Garcés - 20. "Carta Pública al Mundo Guaranpino"

Yo, Sancho Garcés, Vizconde de la Provincia de Aragón y máxima autoridad civil y religiosa según la Carta Otorgada a las buenas gentes de la Provincia.

EXPONGO 

Que soy el último noble vivo con derecho al trono del Reino de Asturias y León. Pues cómo es bien sabido el cobarde del Rey Syro de Alba abandonó a sus vasallos y las gentes del Reino cuando más le necesitaban. 

Qué cuando el último Duque del Reino de Asturias y León, Draque I, se vendió al Reino de Inglaterra e instaló allí, quedóse solamente un noble en el Reino de Asturias y León: Sancho Garcés. 

Qué al desaparecer el Reino de Asturias y León este a falta de Duques tuvo que acogerse al beneplácito del Reino de Aragón. Fue entonces cuando se creó la Provincia de Aragón. 

Qué yo, Sancho Garcés, heredero de la Hermandad de San Atenodoro II, hice entonces entrega de una Carta Otorgada a las gentes de la Provincia donde consta que soy la máxima autoridad civil y religiosa de la Provincia de Aragón y donde los gentilhombres de ella me hacían único y legítimo heredero del Reino de Asturias y León en base a ser el único noble que no los abandonó nunca.

HAGO SABER:

Qué Dhalia de Alba, justifique sus actos como lo desee. Pero mientras Yo, Sancho Garcés, sea máxima autoridad civil y religiosa de la Provincia de Aragón, no habrá más Rey que el Rey de Aragón, Setkull y a falta de este, sería asunto mío y de la Santa Iglesia tal decisión. 

Declaro así mismo que pagaré 5 millones de oros a quien capture y ejecute a la pretendida usurpadora Dhalia de Alba.

Salud.

martes, 6 de diciembre de 2022

El provinciano de Aragón, Sancho Garcés - 19. "De cómo se puede hacer creer grande el más pequeño de los grandes."

Sancho miró al Capitán poco seguro de si podría entenderse el mensaje. Releyó el documento varias veces para asegurarse de lo que había escrito el Juez. Había mucha verborrea que en tiempos de guerra era innecesaria. 

Un representante de Abu Fihr y otro de Fikus, sus mayores defensores en aquellos momentos tomaban té. Hablaban su idioma extraño pero dulce y poco entendían de lo que allí decían los provincianos. 

— No lo van a entender. Es lenguaje jurídico y no creo que todo el mundo tenga jueces o entendidos en la materia... Acabará esto en una lucha de mensajes para ver quién lleva la razón — el propio Sancho se había mareado en la lectura. Entre su próxima paternidad y la guerra. La forma en la que casi fue capturado por Harald Hadrade. No estaba su cabeza para temas jurídicos. Golpeó la mesa donde estaba asustando a los presentes—. ¡¡Diles que soy el próximo Rey de Asturias, por mis Santos Cojones!! Que en cuanto se acabe esta guerra y por la enfermedad del Rey de Aragón me nombró Rey y PUNTO. Y al que le rasque que me capture y ejecute.

— ¿Y qué opinará BlackCrow? — apuntilló el Capitán que llevaba tiempo disgustado con Sancho y sus decisiones. En particular con haber esquivado su férrea vigilancia de la Novicia debido a la guerra —. 

— No daría un paso así de no saberlo él —aseguró Sancho —. Asturias y León serán el hermano que siempre necesitaron Idrisi y Aragón en Hispania. La utopía de San Atenodoro II en la tierra, donde el Dios de Abraham pueda ser adorado con respeto a una ley para todos los hombres. Crearemos un Reino donde la Verdad, la Fé y la Justicia tengan lugar. 

— ¿En verdad sois Sancho Garcés? ¿El putero? ¿El ladrón? — el Capitán esbozaba una sonrisa de incredulidad —. ¿Habéis visto la luz? Creo que solo ejerces tu oportunismo natural. 

— Amigo mío, mis tierras se ven asediadas por más enemigos de los que podría merecer un Vizconde normal y corriente — señaló la ventana —. Allí tras los muros hay estandartes de Reyes, Duques y Condes. Hay más Generales Bárbaros de los que vi en la propia Suecia en su día... Si en la caída de un simple Vizconde no ves la de un Rey, es que tenemos conceptos distintos de la épica y la nobleza.

— La épica la marcan las batallas ganadas y las pérdidas — dijo el Capitán —. No está la matemática de nuestra parte. También son esos ejercitos los mismos que han arrasado a vecinos de igual título. No veo nada claro todo esto. 

— Puedes perder mil batallas que lo importante será el resultado de la guerra y lo que acaben escribiendo en los monasterios, lo que canten los juglares. Tampoco importa el coste si de aquí sacamos la verdadera utopía. ¿No crees? —los ojos parecían perdidos en ensoñaciones —.

— Acabarás por ser Rey de un Reino que no existe — predijo el Capitán molesto—. Vuelve a la realidad. Lidera las tropas. Acabemos con todos esos bastardos que nos asedian.

— ¡Por Dios, por la Patria y el Rey Sancho I! —dijo el joven poniéndose en pie con el puño en alto —. ¡Ganemos esta Guerra y la Provincia de Aragón iniciará su andadura como Reino! 

El Capitán suspiró, el Juez selló el documento con el escudo del viejo Reino y los enviados idrisies siguieron a lo suyo. Todo seguía igual y, a la vez, todo había cambiado.

lunes, 5 de diciembre de 2022

El provinciano de Aragón, Sancho Garcés - 18. "De cómo y porqué Sancho se confesó con Basilio"

Zaragoza y sus murallas se preparaban para resistir a todos los enemigos que la empezaban a cercar. La Provincia de Aragón, veía como a sus fronteras empezaban a llegar los enemigos de verdad, no traidores como Dhalia. No eran los que llegaban a la Provincia gente agazapada que atacaba en el momento de debilidad. 

Sancho no había ido hasta allí más que con su Novicia y el Monje de la Hermandad, Basilio. El Capitán dirigiría la defensa de las ciudadelas en su ausencia. El motivo era sencillo, Sancho no pensaba abandonar a BlackCrow, pero si aquellos podían ser sus últimos días tampoco quería la pesada carga de ser padre. Un mal padre.

En una pequeña capilla de la fortaleza Sancho quiso confesarse. Allí ante un altar con pinturas del Apocalípsis, se arrodilló ante Basilio. El Monje le puso las manos en la cabeza y rezó en latín. Los ojos de San Miguel les contemplaban a la luz de las velas, mientras un Satanás que parecía triunfante sonreía. Extraña pintura aquella para una capilla.

— Dime Hermano Mayor de la Hermandad de San Atenodoro II. —miró al joven con su ojo cansado por otros asuntos que tenía sin resolver —. ¿Qué es lo que os aflige? ¿Por qué buscáis la confesión? 

— Basilio, debo confesaros que he vivido una vida de pecado continuo. Creo que desde que salí del vientre de mi madre no ha habido en mi un ápice de ética o moral. No soy lo que los buenos cristianos pueden considerar un ejemplo a seguir. He yacido con mil mujeres o más, he matado hombres por miradas que no me gustaban, he robado a desvalidos o pobres en busca de mi propio beneficio, he blasfemado y humillado a la propia Iglesia, he mentido por mi propio interés,... 

— ¡Alto! ¡Alto! No os martiriceis por todo eso. Tenéis tiempo de enmendarlo todo. Todos alguna vez hemos pecado... — miró al techo de encallado — Quizás tu lo hayas hecho en exceso. Pero el que esté libre de pecado que tire la primera piedra —suspiró —. Si hasta algunos de los hombres que más ejemplo deberían dar cayeron en pecados... ¿Por qué no hacerlo tú? 

— Basilio, en mi vida solo ha habido una persona que me haya preocupado o importado hasta el punto de estar en esta ciudad solo por él — las palabras se le atragantaban. Sabía la alta consideración que el Monje le tenía en base a una decisión de San Atenodoro II —. Basilio, pero todo ha cambiado... Y, debo, ponerme en vuestras manos y en las de la Hermandad.

— ¿Qué queréis decirme? — se extrañó el monje —.

— Nunca fui elegido por San Atenodoro II como sucesor. Me uní a la Hermandad por casualidad, una joven asturleonesa que me dejó... — una lágrima brotó de un ojo —. Luego en Åland conocí a Atenodoro y me acogió... Cuando le vi marchar supe que era el momento de hacerme con el mando de los todo... No sé... Vi la oportunidad...Atenodoro II pretendía entregarse a Sebastián de Griot. ¿En serio creíais que iba a regresar? Era una locura.. M

Basilio cayó a los pies del altar estupefacto. 

— Teníais una carta escrita por Atenodoro II. Con su sello de obispo donde os designaba sucesor. 

—Basilio, creo haber dicho que me he ganado la vida buscando siempre mi propio interés — buscó en su chaqueta el anillo de madera del Santo y luego acarició el colgante con el águila roja —. Siempre he creído en él, en sus ideas al menos un tiempo. Pero su Hermandad no somos más que un grupo de parias que no saben donde caerse muertos. Hombres y mujeres sin tierra ni orgullo que tienen sus esperanzas en una sociedad utópica. La Provincia de Aragón pudo ser eso. Pero ya se acaba.

— ¡No quiero oír más! —gritó el monje —. ¡Confesaos con otro!

—No — la voz de Sancho retumbó en la sala —. Tenéis que escucharme y hacerme un último favor. Todo ha cambiado hace poco.

— ¿El qué ha cambiado? ¿Has visto la luz? ¿Es esto otra mentira o treta? — Basilio se levantó del suelo —. 

— La Novicia está preñada.

—¿Cómo es posible? —se sorprendió Basilio —.

— Si te digo que una paloma bajó ¿me creerías?

— Incluso en mitad de una confesión te burlas de Dios... —señaló al Satán de la pared —. Él triunfa gracias a gente como tú.

— Basilio, daré mi vida por la mayor de las causas que existen. La amistad y la lealtad. La fidelidad a la palabra dada. Lucharé y, si es preciso, moriré por la palabra dada. Pero hacedme un favor. Si caigo, la Novicia será Hermana Mayor de la Hermandad y mi hijo protegido por todos.

Basilio suspiró. No podía creer todo lo que acababa de escuchar. Negó con la cabeza.

— Lo pensaré... Dadme el sello.

Sancho entregó el anillo de madera de San Atenodoro II. Supo en ese momento que su historia con la Hermandad había terminado.

viernes, 2 de diciembre de 2022

El provinciano de Aragón, Sancho Garcés - 17. "De cómo en la adversidad, siempre estará la familia"

Pasaba ya la media noche cuando selló una última carta con órdenes para sus tropas y suspiró cansado. Llevaba toda la tarde leyendo y sellando mientras su escriba le pasaba las epístolas. El sello de su anillo con un águila por San Atenodoro II apenas se distinguía entre la cera roja. En el campamento temporal empezaba a agobiarse. 

La Novicia, siempre leal a su casquivano amado, le miraba con ojos cansados. Hacía noches que no dormía entre oraciones por la victoria. Tras unos minutos de incomodo silencio se atrevió a hablar. 

— ¿Por qué suspiras?

— Tanto traidor...— señaló al techo del pabellón donde se alojaba —. Hasta a veces parece que Dios confabula contra nosotros.

— ¿La guerra no va tan mal verdad? —dijo ella esperanzada, tal vez buscando una mentira —. Veo a nuestros soldados dispuestos a todo.

— Eso es porque han tenido más suerte que sus camaradas, porque han vivido victorias.. . Yo también creería que todo va bien si no supiese lo que pasa en otros frentes. Cargo con mentiras sobre mis hombros para no desfallecer... Pronto la guerra llegará a sus hogares. Entonces es cuando sabremos si son leales. La familia es más importante que cualquier estandarte. 

— En la familia es donde está la lealtad. Sueles decirlo.

— Mi única familia es BlackCrow y el malogrado Valistar — sentenció el Vizconde —. Mi lealtad va donde él vaya. 

— Creo que en unos meses eso cambiará... 

La Novicia bajó la cabeza avergonzada y se acarició la barriga. Sancho, curtido en mil trifulcas, se desmayó.

jueves, 1 de diciembre de 2022

El provinciano de Aragón, Sancho Garcés - 16. "De la Hermandad en la isla de Arran." Parte III.

Bailaban los pies de cinco escoceses rebeldes colgados en el centro de su pueblo. Basilio y sus doce monjes estaba horrorizados, mientras como salvajes los lanceros de Sven cantaban de júbilo. De vez en cuando golpeaban un cuerpo con sus largas picas. Era un espectáculo humillante y atroz al que ningún lugareño había asistido. Era una venganza sin sentido. 
Desde lo alto del Torreón, Sven lo contemplaba todo con Xacobe a su lado. Se habían convertido en uña y carne desde la muerte de Sigmund. Además que las rencillas fácticas parecían haberse acabado. Todo gracias a la unión de los dos líderes. Era de valorar. 

Basilio lo que se sabía de Xacobe eran todos sus hechos de supervivencia a pesar de la circunstancias. Un halo de misticismo semejante al que había despertado Atenodoro II en la Hermandad le rodeaba. Siempre había estado con el Santo, a las duras y las maduras. Incluso en los últimos momentos de Atenodoro II, cuando se enfrentó a los vikingos de Laramis, Xacobe estuvo allí. Le dejaron vivo, según contaba con gran pesar, para que relatase la historia de la captura. Pero al monje no se le pasaba la excesiva ambición del hombre. 

Antes de finalizar el espectáculo de maltrato a cadáveres, Basilio se retiró solo. Se adentró mientras meditaba en las callejas del mugroso poblado. Entonces un adolescente de pelo largo y blanco, se le paró delante y amenazó con un bastón. El Monje con su único ojo lo miró confundido pues no veía en él, el símbolo de la Hermandad y su aspecto distaba mucho del de los escoceses.

— ¿Quién eres? 

— Eso no importa. Vengo para encontrarme con el heredero de la Casa de Telamón —señaló la plaza donde danzaban los nórdicos —. Y, no lo encuentro a él ni al ejército valiente y glorioso de los Telamónidas, si no salvajes. 

— San Atenodoro II era el heredero de la Casa de Telamón o como quieras llamar a su estirpe. Pero está muerto. Los aquí presentes nada debemos a esa Casa, elegimos a nuestros líderes y servimos a San Atenodoro II y la Iglesia que el quería. Ahora déjame, pues tengo cosas en las que pensar. 

— Tengo cosas para ti — apuntó con su bastón al Torreón —. Se que investigas una muerte. Aquella noche yo vi como arrojaban el cuerpo al mar. 

— ¿Qué es lo que sabes? —lanzó sus manos a lo hombros del chico — ¡Cuéntame! 

— Yo necesito dar con el último heredero Telamónida. ¿Podrías ayudarme en mi búsqueda? 

— No sé mucho. Puedo darte nombres... Pero no sé cuantos familiares de San Atenodoro II puede haber vivos —confesó Basilio —. En la vieja ciudadela en Asturias puede que halles un libro que el Santo redactaba. Llevaba la cuenta de todos los miembros de la Casa de Telamón que quedaban. 

— Haced memoria —urgió el chico —. No dejo la seguridad de Aberdeen por esta isla para irme sin nada. 

— Wotan Telamónida tuvo una hija a la que le dio el título de cabeza de la Casa...pero antes que ella estuvieron Ludovico, Cornelio y Francisco. Todos ellos fueron religiosos que serían los que llevaron a San Atenodoro II a hacer los votos. Luego no hubo más de la sangre de Telamón que se conozcan. 

— Osea que hay una mujer que heredó ese título a la muerte de San Atenodoro II. 

— No sé muy bien cómo funciona pero creo que está Hermandad somos los herederos de la Casa — se señaló el águila roja que llevaba por colgante —. San Atenodoro II nos hizo sus hijos. Deberíais de ir a Aragón para hablar con nuestro Hermano Mayor, Sancho Garcés. 

— Eso haré — el chico miró al cielo —. La chica... ¿Sabéis algo más de ella? 

— La chica debería de tener 12 años a día de hoy pero como todo en la vida de Wotan había algo demoníaco y maligno en ella. El emperador decía que era hija de una rusalka. Así que en los viejos escritos se habla de que crecía y luego se estancaba... No sé... Obra del Diablo seguramente — miró al Torreón —. Ahora decidme que fue lo que visteis. 

— Estaba oscuro. Acababa de desembarcar en la isla y vi como un hombre arrastraba un cuerpo bastante grande y le maldecía por la puñalada que le había dado. Vuestro hombre, está herido. Ahora debo irme. 

— ¡Espera! ¿Cómo os llamáis? 

— Mi nombre es Abraham Telamónida-Von AS. 

— ¡Eso es imposible! 

— Más imposible es que Wotan tuviese una hija con un súcubo y eso me acabáis de contar. 

El joven inició una carrera dejando al monje confundido. Al menos, Basilio ya sabía algo que pudiese solucionar el asesinato de Sigmund. Su atacante estaba herido también.