jueves, 15 de diciembre de 2022

Abraham Telamónida-Von AS, el buen judío inglés - 2. La Estirpe

Fue Wotan Telamónida portador del título de guardaespaldas de la princesa Sofía Von AS. Era un cargo honorífico que adquirió con sumo gusto el emperador por la gran amistad que unía a las dos Casas. 


Wotan, incansable viajero, llegó a las puertas de los reyes Reyes Markus y Kayla. Grandes festínes hubo y entre los presentes estaba la bella y frágil Sofía. Nadie llegó a sospechar durante aquellas celebraciones que las cuitas de Wotan para con la doncella, no eran más que parte de un noviazgo. Un noviazgo que duró lo que permaneció el Emperador entre los de la Casa de Esmirna. 


El embarazo cayó como una jarra de agua fría para los Reyes. Más las guerras contra guerreros Sin Nombre habían comenzado y poco se podía hacer. El mundo vivía en un Caos que parecía no tener fin. Así que se ocultó todo lo que ocurría pese a la gran esperanza que significaba un nieto Von As para la dinastía. Mi abuelo, Jürguen Telamónida-Von AS.


Wotan antes de desaparecer, dice el cronista, que debido a la locura, supo del vástago y le hizo miembro de la Casa. Más ya los Von AS habían decidido el camino de Sofía y su hijo. Mi abuelo fue enviado a vivir junto al afamado judío Capablanca, y allí viendo la luz de Yavhé entró a la grandeza del pueblo hebreo como en su día Atenodoro.


Sobre Sofía poco más se sabe. Veló por su hijo natural hasta el final de sus días haciendo que los hijos legítimos que tuvo más tarde fuesen encargados de velar por aquella rama de dos Casas que se habían amado hasta la unión sanguínea.


Mi afamado padrastro el Lord Canciller Kouran, me mostró en la ciudad de York innumerables veces la tumba de mi bisabuela. Un sarcófago de fino mármol sobre el que reposa una escultura de una niña apenas abrazada por un oso. Decía el estricto cristiano que era la más bella obra que el dinero de los usureros judíos podía haber pagado. La tumba de su propia abuela.

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