In nomine Dei
Mi hermano Galahad, vuestras palabras destilan el mayor de los elitismos que he visto en mis años de vida. Una arrogancia y soberbia como pocas. Y, por supuesto, lo hacéis con el fin de no acusar la presencia de musulmanes en Roma. Vos sabréis porqué, para mí y todo el clero habéis quedado retratado para siempre.
Por cierto, puedo hablar en nombre de Dios con más derecho que vos. Mientras yo ascendí a Obispo por derrotar musulmanes, vos matabais campesinos libres. Mientras yo me defendía de vikingos sin importarme tierras y títulos, vos plantabais viñedos en vuestros feudos; mientras yo viajaba a defender Polonia, vos debíais estar leyendo las formas de despreciar a los que trabajan por el bien de la Cristiandad. Espero que la diferencia del que habla con sus obras en nombre de Nuestro Señor os haga replantear la vida que lleváis y medir vuestro tono de superioridad. Pues salvo el Papa nadie hay por encima mío.
Y, todo el que me conoce debería de saber que TODO absolutamente Todo lo hago por el bien de la Santa Iglesia. Poco me importan mis tierras o mi vida cuando hay algo mayor en juego. El futuro de nuestra fe.
Atenodoro II
La Voz de la Verdad, la Fé y la Justicia
León de Dios
Ratoncito de los Vikingos
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