miércoles, 23 de noviembre de 2022

El provinciano de Aragón, Sancho Garcés - 13. "De los asuntos romanos extramuros de Roma"

A veces en plena noche, desde la fortaleza de BlackCrow se podían ver las fogatas de los ejércitos a las puertas de Roma. No era una visión que dejase tranquilo a cualquier cristiano, pero a Sancho lo que le preocupaba eran los gentiles en intramuros y extramuros de la ciudad. 

Aquella sensación de sentirse responsable del corazón de la Cristiandad sólo podía achacarla a la Hermandad de San Atenodoro II que estaba a su cargo. Sancho se preocupaba de si mismo y de aquellos que le habían demostrado lealtad y amistad. Las gentes de Roma no se encontraban en aquél selecto grupo.

Retocaba la barba de Sancho, la Novicia, con una afilada navaja. El joven estaba enfrascado en sus pensamientos. Calculando si debía pronunciarse sobre los sucesos eclesiásticos o, mejor, mantenía su silencio. 

— ¡Sancho! — dijo el Capitán entrando abruptamente y rompiendo el silencio de aquél acomodado cuarto —. Parece que hay nuevas de los curas. 

— ¿Qué nuevas? — se acarició las mejillas y con una mano apartó la navaja de la Novicia. Consideraba que estaba listo —. ¿Shylock saca a sus tropas de Roma?

— ¡No! La nueva es que Mateus I ahora dice que el Camarlengo miente. Que el no aceptó tratados y... 

— No sigas... —levantó la mano para hacerle callar —. Saber esas cosas me hace hervir la sangre. Gente que se comporta así... No come ni deja comer. ¿Quién está haciendo público el mensaje? Shylock no sale ni a las murallas por si le cae una flecha. Tampoco veo a los del Pacto yendo a Lubeck. 

— ¡Ja! Eso os molestará aún más. 

— ¿Galahad? ¿Don Neutral? — Sancho empezó a reír —. ¡Qué interesante se pone todo! Hay que estar con la pluma lista para próximos mensajes. Y, con las espadas prestas, por si hay que liberar a los romanos y apoyar al viejo Camarlengo. 

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