viernes, 16 de diciembre de 2022

Abraham Telamónida-Von AS, el buen judío inglés - 3. La Casa

Conoció mi abuelo Jürguen una judía de buena familia y nació mi padre: Salomón Telamónida-Von AS. Conoció éste a mi madre y nací yo. Más en los años de invasiones vikingas fallecieron ambos: él por la espada y ella por las epidemias. Así acabé siendo adoptado por el recio Lord Canciller Kouran. Mientras aprendia con los judíos de la ciudad todo lo relativo al bendito pueblo israelí, mi padre adoptivo me enseñaba todo lo relativo a las Casas Familiares. 

En estos años se fraguaba a la vez otra parte de la historia de la Casa de Telamón. Sucedía que a la desaparición de Wotan, oso de los Búlgaros, hubo diversos bastardos que reclamaron para sí ser Paladines de la Casa. Más el cronista de las historias de Wotan, su primo Ludovico había ostentado el título para si. Pasando posteriormente a un Religioso de nombre Francisco y miembro menor de la casa, este a su vez decidió que sólo los que daban su vida al Dios cristianó eran signos de ser los cabeza de familia pues su celibato les impediría tener prole y siempre podrían ser justos al elegir sucesor. 

Cornelio sucedió a Francisco y después llegó Atenodoro II. Asi se inició la desviación de la Casa que había marcado el primer Telamón. Pues en sus desvaríos mentales fruto de la epilepsia que padecía, Atenodoro II se creyó tocado por Dios y erigiéndose sucesor de los Apóstoles cristianos actuó dañando a la Casa y a la Iglesia a la que decía servir. 

Cuando se sintió abandonado creó la Hermandad en la Isla de Aland. Allí reunió a exiliados asturleoneses y repudiados de otros Reinos buscando crear otra Iglesia. Más no tuvo la herejía mucho camino pues en sus ensoñaciones decidió ir en busca de martirio. Lo halló y tristemente le proclamaron Santo, dando alas a esa Hermandad de bandoleros que solo ensucia el nombre de la Casa de Telamón.

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